En esta sección rendimos homenaje y recordamos a esas personas ejemplares que trabajaron por el Camino en los últimos años y que han contribuido a que el Camino sea lo es hoy. Hoy nos centramos en dos burgaleses que pasan a formar parte de nuestro apartado de Almas Legendarias de hoy, de la Edad de Plata del Camino Xacobeo contemporáneo.
El 21 de agosto pasado se cumplieron 18 años del fatal accidente ferroviario que se llevó por delante las vidas de Julián Campos y José Santino, «Julián y Santino» como eran conocidos en los ambientes del Camino y como los conocián sus familias. Burgaleses de toda la vida, podemos afirmar que la auténtica relación entre ellos había comenzado años antes, gracias a un mágico FAX de los de antes. Julián, tras acabar la peregrinación jacobea desde Roncesvalles a Santiago andando, en el año 1996, decide viajar a Calcuta para colaborar con la Madre Teresa y las Hermanas de la Caridad. Santino, que ya había estado en Calcuta, es contactado por Julián para obtener información, consejos, contactos. Dos meses después Julián se irá a Calcuta y empezará una nueva vida.
A partir de ese 1996, Julián y Santino, hermanados por el Camino, forjan una amistad de oro alquímico que les lleva a compartir aventuras, amistades calcuteñas, diversos caminos de Santiago, experiencias hospitalarias en el Albergue de San Esteban de Castrojeriz, que gestiona el propio Santino, y mil encuentros con otros peregrinos y amigos. Seis meses al año, en los seis meses que solían coincidir en Burgos, los dos amigos buscan tiempo para verse, trazar planes, proyectos y reforzar su hermandad.
Así transcurren 10 años plenos, apasionantes, que terminan bruscamente el 21 de Agosto de 2006. Ese fatal día, recién realizado el Camino Inglés desde El Ferrol hasta Santiago de Compostela, y tras haber cumplido con el Abrazo al Santo, los dos amigos se suben a un tren camino de su casa, que tras descarrilar en Villada, Palencia, siega la vida de seis peregrinos, entre ellos Julián, de 50 años y Santino, de 51. Para nosotros, aquí están, aquí siguen, en el Camino.
Crédito foto: © David Arranz
