Tramo 18: Sarria-Melide

SARRIA -Barbadelo-Peruscallo-Morgade-Ferreiros-Loyo Portomarín-Gonzar-O Hospital-Ligonde-Lestedo-Palas de Rei-Leboreiro-Furelos- MELIDE

Marisa Souto y Sinda Souto

© Irene Zottola

Marisa Souto y Sinda Souto, con hijas y sobrinas, son las hospitaleras de Morgade, aldea que sigue el curso del río Loio, camino de Portomarín, entre montañas rodeadas de robles y castaños. Su historia habla de lo que el camino ha transformado las comarcas por donde pasa. En tiempos remotos, cuando había que abrir las corredoiras para que pasasen los peregrinos, la abuela Pepa ya facilitaba agua, leche y cobijo en el pajar.

Pero fue en los años 90, cuando con Tinín Souto, el ebanista, decidieron dedicarse por entero a atender a los caminantes, siguiendo una tradición que dice que Morgade nació como Hospital de Santiago. Los Souto son un registro de leyendas, por donde desfilan meigas, santas compañas, tesoros de mouros, y peregrinos -algunos famosos- que humildemente dejan en la vecina capilla de Santa Marina, que ellas cuidan, piedrecitas, humildes ofrendas para pedir por seres queridos, a los que dedican su camino.

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Entrevista

El peregrino sale de Sarria por el alto de la parte vieja, cruzando el puente sobre el río Celeiro, entre prados y arboledas, donde destaca un gran roble centenario que señala el camino, atravesando pistas separadas de las huertas por milenarias lajas de piedra. En Barbadelo descansará junto a la Iglesia de Santiago, joya del primitivo románico gallego, famosa por su torreón de planta cuadrada y su portada de capiteles con figuras antropomorfas y el extraño tímpano desde donde le saluda una figura con las palmas extendidas, en signo de paz, entre dos estrellas o wuivres celtas.

Siguiendo el curso del río Loio, en un incesante de tobogán de praderas y campos de labranza, se suceden aldeas: Rente, Peruscallo, Cortiñas, Lavandeira hasta llegar a Brea y Morgade y Ferreiros. Hasta Portomarín nos ha de acompañar el curso descendente del insigne río Loio. Son las tierras de Morgade, de Casal, de Mercadoiro, de Cortes y del mismo Loio, donde se eligió al primer maestre de la Orden Militar de los Caballeros de Santiago.

En Portomarín, tras haber subido los 82 peldaños de granito de la escalinata que conduce a la capilla de Nosa Señora de As Neves, parte del antiguo hospital asistido por la Orden de San Juan de Jerusalén, visitamos la espectacular Iglesia de San Nicolás, llamada también de San Juan, con tres portadas románicas, y cuya planta rectangular luce al poniente uno de los rosetones más grandes de Galicia.

Escalera y Capilla de la Nieves, Portomarín, Lugo © Mythagos Estudio
Cruceiro de Lameiros, Monterroso, Lugo © Mythagos Estudio
Iglesia de San Pedro, Melide, A Coruña © Mythagos Estudio

El camino nos lleva hasta Gonzar y a su pintoresca iglesia románica de Santa María, dejando en los altos el Castro de Castromaior, y tras pasar por la renovada Capilla de la Magdalena de Ventas de Narón, el peregrino sube la Sierra de Ligonde y tal vez se detiene en el Cruceiro de doble cara de Lameiros, emblemática talla en piedra de la pasión de Cristo.
Viene ahora Eirexe y su fuente, Valos y el Alto de Rosario, desde donde se atisba en el valle de Palas de Rei, donde el peregrino visita la Iglesia de San Tirso, y si dispone de tiempo se desvía para visitar el castillo medieval de Pambre, uno de los mejor conservados de Galicia.

Sale el peregrino de Palas sobre el río Roxan donde le espera San Xulián do Camiño, con su austera iglesia románica. Más lejos, ya cruzada la frontera entre Lugo y A Coruña, tras Leboreiro, se acerca a Furelos donde destaca otro puente medieval, sobre el río del mismo nombre y quizá de los más bellos del Camino, con una estructura de piedra perfectamente conservada.

Melide está en un alto, entre valles y bosques, y los ríos Lázaro y Raido Barreiro. El peregrino, al caer el sol en dirección a confín del mundo, que ya se palpa, se recoge en Iglesia Capilla de San Roque y San Pedro, en lo que fue convento franciscano en el siglo XIV, y que luce una preciosa portada románica con cuatro arquivoltas de motivos vegetales.

En la plazoleta contigua, se halla el que se cree que es el primer cruceiro de Galicia, de entre los más de 12.000 censados. Protegían estos a los caminantes que se topaban con la Santa Compaña, capturando almas, pues junto a los cruceiros, esta tenebrosa partida nocturna perdía su poder. Fue estudiado por el gran escritor y artista Alfonso Castelao y puesto en relación con los cruceiros bretones y los de los otros pueblos celtas del de la Brocelianda atlántica.

Imágenes 360º

Castro de Castromaior, Lugo © Mythagos Estudio
© Claret Castell

El legado del camino

Familia Morgade (Marta, María, Teo, Noelia e Iria).

Puede decirse que Casa Morgade, es una gran familia de mujeres colaborando por y para el bienestar del peregrino.

Noelia y sus hermanas recuerdan cómo en la casa de sus abuelos, de tradición agrícola y ganadera, siempre había un plato de comida para todo aquel peregrino que lo solicitara. Con el tiempo y ante la escasez de servicios en la zona, decidieron restaurar la casa y abrir un pequeño bar que con el tiempo, se ha convertido en una empresa familiar que ofrece alojamiento y servicio de restaurante en el Camino.

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