Marcela Rodríguez es el Camino, se lo debe todo al Camino y ella lo ha dado todo como hospitalera y posadera en San Juan de Ortega, hito privilegiado de esta remota región burgalesa.
Compartió los sinsabores y soledades de los comienzos con don José María Alonso, el cura que atendía los peregrinos con sopas de ajo y rector de este conjunto monacal que alberga la Capilla de San Nicolás de Bari. Era la época en la había que ir a buscar a los peregrinos que se perdían por estos montes.
Comenzó con un corral heredado y con la ayuda de su marido y de sus tres hijos consiguió afincarse en el pueblo, demostración de que el camino es el mejor antídoto contra la España Vaciada. Es una leyenda con miles de anécdotas anotadas que un día quisiera pasar a libro. Añora la época en la que no había móviles y los peregrinos hablaban más entre sí.
Episodio con la entrevista completa a Marcela una de nuestras almas del camino, toda una vida asistiendo a los peregrinos en San Juan de Ortega.
Dicen que por estos Montes de Oca se inventó el juego famoso, y muchos ven en la propia vieira jacobea, símbolo de la iniciación al camino y al bautismo, una imagen de la Pata de una Oca, que conduce a las almas y que ayuda a los peregrinos pasar sus pruebas. Y a servirse agua de las fuentes.
En dirección a la Sierra de San Millán sigue el peregrino el río Garganchón para entrar en el Valle del Retorto. Viene Espinosa del Camino, cuna de San Felices, maestro del ermitaño Emiliano de la Cogolla, más conocido como San Millán, fundador del Monasterio de Suso.
Llegamos ahora al Valle del río Oca y a Villafranca Montes de Oca donde predicó Indalecio, discípulo del apóstol Santiago. Junto a la ermita de Nuestra Señora de la Oca se halla el pozo donde fue martirizado el santo. También tiene fuente milagrosa y sanadora en el Alto de la Pedraja.
Atravesando robledales y pinares, se alcanza el monasterio de San Juan de Ortega, el amigo de Santo Domingo de la Calzada, con quien aprendió a construir puentes, iglesias y calzadas para facilitar el camino de los peregrinos.
Bajo del retablo de la Virgen y el Niño, y que representa una dramática escena de los condenados al infierno, se halla su sepulcro. En el transepto de la iglesia, el peregrino contempla el baldaquino gótico isabelino con relieves de la vida del santo fundador, erigido por deseo de Isabel la Católica. En las alturas, el capitel de la la Anunciación y del Nacimiento, iluminado durante los equinoccios.
Hasta Burgos pasaremos por Agés y Atapuerca, cuyo recinto arqueológico de la Gran Dolina y de la Sima del Elefante, guarda los restos del Homo Antecesor, visita que se puede completar con el Museo de la Evolución Humana.
Tras visitar San Nicolas de Bari, el Monasterio de San Pedro de Cardeña y la Cartuja de Miraflores sale de Burgos el peregrino cruzando el Puente de los Malatos, o de los enfermos, que llevaba al Hospital del Rey, que todavía en el siglo XV ofrecía hasta 60.000 raciones al año, ¡quién sabe si la famosa olla podrida de alubias rojas cantada por Cervantes!
Burgos sigue tratando bien a sus peregrinos y cuenta con numerosos albergues, como el de la Casa de los
Cubos, y hospitaleros que, en honor del santo patrón, Lesmes, reparten en el día del santo panecillos a los peregrinos.
Para otro día queda el Real Monasterio de las Huelgas, fundado por Leonor de Aquitania, abadía femenina y panteón real, con la Capilla del Espaldarazo, donde se armaban caballeros a los reyes con la espada articulada que porta Santiago.
Manuel heredó de sus padres el negocio familiar y la pasión por el oficio de hospitalero. Actualmente dirige en San Juan de Ortega el albergue “La Henera” en homenaje a los agricultores de Burgos.
Rocío García regenta junto con su marido el albergue de Atapuerca. Ambos decidieron emprender este negocio dado la escasez de servicios de hospedaje que en aquel momento ofrecía Atapuerca. Estos veinte años como hospitalera, permiten a Rocío afirmar con humor que los actuales peregrinos, deberían denominarse “Turigrinos” ya que prevalente en ellos el interés turístico frente a la disposición por conocer gente y compartir el Camino.